EL AMOR PROPIO COMO AMOR A LOS DEMÁS
EL AMOR PROPIO COMO AMOR A LOS DEMÁS
Coincidiendo con Fromm, el amor antes que una relación, es un arte que
hay que ir aprendiendo todos los días;
es pues, aquella actitud que orienta y da
significado humano a la relación amorosa.
En este sentido, el aprendizaje del
amor tenemos que construirlo, sobre
todo porque aquel no viene siendo una
realidad constitucional del hombre; una
prueba de ello es que existen en este
último tendencias que son contrarias
al amor, como la envidia, los celos, la
discriminación, la indiferencia, entre
otros rasgos de la naturaleza humana
que dificultan el amor a los demás.
El amor de sí, es decir, el amor
de cada uno de nosotros, nos debe al
mismo tiempo posibilitar el tránsito al
amor a los demás. Una primera posibilidad
en esto es manifestar “amor al prójimo”, definido este término
como la voluntad de querer el bien de las personas que nos rodean.
El prójimo es la persona que está junto a ti (aunque a veces no tanto).
Prójimo aquí es el “próximo”, el que está más cercano y es persona.
la búsqueda del bienestar del otro, pero la amistad
es un vínculo más profundo que la simple relación
entre un yo y un otro; por ejemplo, podemos amar a
los más necesitados, a los compañeros de trabajo, a
nuestros maestros, etc., pero estas no son personas
esenciales en nuestras vidas como los amigos.
Finalmente, hay un vínculo más íntimo y más
cercano del amor al prójimo como amor a los demás:
se trata de la relación verbal y existencial expresada
en la frase “te quiero”.
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