EL HOMBRE COMO POSIBILIDAD

                  EL HOMBRE COMO POSIBILIDAD 

Como sostuvimos líneas arriba, el hombre es acción, es posibilidad de llegar a ser todavía lo que no es. Es algo que está sujeto a la dialéctica que consiste en hacerse y re-hacerse, esto es, en inventarse a sí mismo. A diferencia de los animales, que no pueden ofrecer mas que respuestas mecánicas e instintivas ante las influencias del medio ambiente, el hombre es un ser con posibilidades de optar por varios cursos de acción cuando se le presenta una situación en donde entra en juego su capacidad de decisión. En tal sentido, la posibilidad es en sí misma un rasgo constitutivamente moral del hombre, en tanto que con su ejercicio trasciende su propia animalidad. ¿Por qué decimos que el hombre es un ser de posibilidades? Porque primaria y consustancialmente, es una entidad en proceso de construcción, es un ser que no está clausurado en su misma especie, en su ser individual, como especie animal; sino que es un ser móvñ, es un ser ambiguo, es un ser inestable e inacabado, pero que en esa movilidad y ambigüedad y en esa inestabilidad, paradójicamente, está su grandeza, y su poder. “Esa característica de poder construirse ‘idealmente’ es algo que descubrimos en los textos primeros de la cultura clásica: la de ver al hombre como posibilidad”.82 Bajo estas consideraciones, el hombre es un ser de posibilidades, puesto que no se encuentra hecho, consumado, paralizado, sino que se mueve, precisamente porque es “construible”, en un universo impreciso lleno de posibilidades. Este concepto de posibilidad se halla muy ligado con otro concepto muy importante en todas las culturas, que es la idea de elecáón. Esto es así, porque el hombre se encuentra ante la posibilidad, ya que puede realizarla. Y la realización de esa posibilidad es la elección. Como dice Emilio Lledó: Podemos elegir porque podemos ver el mundo, podemos entenderlo, interpretarlo, captarlo, rechazarlo, asimilarlo; y al mismo tiempo podemos, en función de estas perspectivas, elegirlo. Y al elegirlo, nos elegimos a nosotros mismos, elegimos nuestra vida, proyectamos nuestra vida, creamos nuestra vida.83 El hombre, al asumirse como un ser de posibilidades, trasciende su propia animalidad, opta por diferentes cursos de acción a través del acto de la elección. Al elegir, se elige a sí mismo, ya que asume su propia libertad, como ejercicio libre y consciente de que está decidiendo por voluntad propia. Por tal razón, la posibilidad y la elección son dos rasgos constitutivos del carácter moral del hombre. Son pues, dos factores configuradores del ser del hombre, un ser que es en la medida en que se hace a sí mismo, eligiéndose. Aunque habrá que reconocer que las posibilidades reales en las que nos desenvolvemos y de las que nos vamos apropiando son al mismo tiempo oferta y limitaciones para nuestra libertad. Oferta, en cuanto podemos apropiarnos de unas y descartar otras, pero también limitación, puesto que esas posibilidades no son absolutas ni nosotros elegimos cuántas y cuáles nos va a presentar la vida.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

-EL HOMBRE COMO SUJETO DEL DESEO-

EL EGOCENTRISMO: UNA PERVERSIÓN DEL AMOR PROPIO

RESPETO A LA NATURALEZA