EL AMOR PROPIO EN LA ÉTICA CONTEMPORÁNEA
EL AMOR PROPIO EN LA ÉTICA CONTEMPORÁNEA
Para Lipovetsky la ética de los tiempos democráticos que corren es más
bien “indolora”, es decir, alérgica a los deberes, a las obligaciones y a los
sacrificios personales; se trata de un tipo de ética que sólo se pone en
marcha gracias a la espontánea voluntad de los sujetos. Bajo este nuevo
horizonte, el querer hacer las cosas, no el deber de hacerlas, es la razón
más contundente para realizar cualquier empresa.
De este modo, la voluntad de hacer las cosas ha pasado al primer
plano de una ética basada en el bienestar individual. Ya no se trata de la
búsqueda del Bien, como una de las grandes virtudes morales, como en
antaño se propoma en los discursos filosóficos y en los comportamientos
basados en una ética del deber, sino de la búsqueda, a como dé lugar,
del bienestar individual.
Bajo esta lógica, se trata de reclamar los derechos individuales
(“subjetivos”), pero sin que éstos impliquen deberes. Este sería propiamente
el sentido del paso de la moral tradicional del deber, a la ética del
bienestar individual.
Tras una fase de disolución del orden heterónomo y sacrificial al
que tendía la moral del deber, se da paso a un nuevo orden de valores
que tiene como eje central el ideal del respeto a los “derechos subjetivos”
de los individuos. Se trata de una ética del interés personal, donde habría
menos “heroísmo ético”, y, en cambio, más “egoísmo inteligente”, a favor
claro está, del bienestar individual. Este proceso de transformación que
sufre la moral tradicional, Lipovetsky lo sintetiza de la siguiente manera:
En nuestras sociedades, los objetos y marcas se exhiben más que las
exhortaciones morales, los requerimientos materiales predominan
sobre la obligación humanitarista, las necesidades sobre la virtud,
el bienestar sobre el Bien. La era moralista tenía como ambición
la disciplina del deseo, nosotros lo exacerbamos: exhortaba a los
deberes hacia uno mismo y hacia los demás, nosotros invitamos a la
comodidad. La obligación ha sido reemplazada por la seducción, el
bienestar se ha convertido en Dios y la publicidad en su profeta...
La primacía de la relación hombre/cosa sobre la relación hombre.
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